Wednesday, November 10, 2010

MI CUADRO - Por Mark F. Carter


Cuando estaba en tercer grado, era un estudiante muy bueno, pero no me gustó presentarme enfrente de la clase para hacer nuestro programa semanal de platicar y demostrar. De hecho, yo realmente lo odiaba.

Recuerdo que un día, traje a mi clase un cuadro que había hecho. No es exactamente lo que yo quería traer, pero yo tuvo problemas para encontrar otras ideas. Mi madre vio que estaba luchando con mis ideas sobre lo que debo traer y mi madre estuvo insistiendo en que mi cuadro era una gran idea.

El cuadro lo comencé como un cuadro pintado por números. Salvo descubrí en el proceso de hacerlo que no me gustaba seguir donde se indica que color debo pintar. Terminé pintando una obra muy abstracta, con manchas grandes de color que me gustaba mucho.

Aunque, yo estaba de acuerdo para llevar el cuadro a la escuela, no estaba seguro de demostrarlo. Después de todo, fue sin duda original. Escondí el cuadro en una bolsa de papel en el autobús y lo introduje de contrabando en la escuela con la esperanza de que nadie se diera cuenta.

Ese día de todos los días, otra estudiante, también había traído una pintura que ella hizo. Por supuesto, era perfecta, había seguido todas las reglas, pintado precisamente en todas las líneas. Ella había hecho un trabajo maravilloso. La clase aplaudió a ella con mucho alegría.

Desafortunadamente, ella demostró su cuadro a la clase antes de mi turno. Cuando el maestro llamó mi nombre, yo estaba temblando. Me sentía como si no podría caminar al frente de la clase. Cada paso a mi me pareció como una hora. Todos en el salón de clase estaban mirando con fijeza a mi. Sentí mi cara de color rojo brillante que hizo las cosas mas peor. Cuando llegué al frente de la clase, puse mi pintura fuera de mi bolsa de papel para mostrar a todo el mundo. La clase estaba completamente en silencio. Entonces uno de los estudiantes se echaron a reír y entonces toda la clase se echó a reír. Volví a mi escritorio en lágrimas. Cuando llegó la hora del recreo, me volvieron a subir a un estado de felicidad. Mis compañeros de clase había olvidado lo que me hicieron.

Esa tarde, cuando regresé a casa, mamá me preguntó cómo me fue y le dije que todo estaba bien. Que les gustaba mi pintura, pero cuando ella no estaba mirando, puse mi cuadro en la basura y decidí que la próxima vez me gustaría seguir las líneas y los números.

Escrito por: Mark F. Carter
10 de Noviembre de 2010

2 comments:

Irma Valeriano said...

gracias por esta historia, Markesitos. El "show and tell" que es tan usual en las escuelas de aquí es una experiencia que desconocía antes de venir a Vermont. Si en la escuela me hubieran pedido que mostrara algo y lo comentara frente a la clase, no habría sabido qué enseñar :) Ahora tú tienes mucho que mostrar y decir, y no te da ninguna pena hacerlo :-)

'Ailuj said...

Que historia tan tierna, y real, muchas veces los jovenes nos hemos comportado asi con otros , sin tomar consideracion de los sentimiwentos ajenos,
Al transcribir tu experiencia has permito que remonte a aquellos años de escuela y son años donde afortunadamente yo era la que hacia las bromas,ppor lo cual no padeci , tales sentimientos, pero sime has hecho reflexionar , de lo inmadura y cruel que llega a ser uno sin darse cuenta.
Bello tu vuento facil de leer y mas facil de transportarse al momento del drama.
Gracias Mark , espero que ganes Un Premio Novel . te felicito . me encanto.