Thursday, September 23, 2010

Una reflexión sobre El Milagro de Tent City - Cajas de Cartón

Tent City no tenía dirección. La familia se mudaba de lugar en lugar, siempre sin dirección. Hacían su hogar dondequiera que se encuentren, depende en la cosecha.

Es importante recordar que somos muy afortunados. No doy por hecho lo que tengo; el agua pura, la luz, comida fresca, el tiempo libre, la lavadora, las tiendas llenas de comestibles, los restaurantes, y las leyes que (la mayoría del tiempo) nos protegen.

Cuando Torito se enfermó, los padres tuvieron que recurrir a la curandera en lugar de llevarlo al hospital. Finalmente ,cuando lo llevaron al hospital, salió que ni la curandera ni el hospital podrían ayudarlo. Al final Torito se recuperó. Los padres consideraron la curación, un milagro por su fe en Jesús de Atocha y la Virgen de Guadalupe. Pero lo que más me asombró es la únidad y la dedicación de la familia. Estas cuatro personas hacían lo mejor que uno puede hacer en cada faceta de sus vidas. Se dedicaban cien porciento a su trabajo en las fincas, a limpiar la carpa, a cocinar para ganar más dinero, a lavar ropa sin agua corriente, a cualquier cosa que tenían que hacer, incluso se arrodillaron para rezar para una curación para Torito. Tal vez Torito hubiera mejorado sin las oraciones, no sabemos, pero, por el bien del libro, y por esta familia muy humilde, prefiero creer en el milagro.

Escrita por Elena Bernstein
22 Septiembre 2010

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